Gracias, 2016
He visto por ahí que si tienes un blog tienes que hacer un resumen de lo bien que te ha ido todo este año, y me he dicho – tío tú tienes un blog, cuéntales lo guay que eres- .
Mi camino hacia la excelencia profesional y personal no es, por suerte, un camino de rosas. Este es un resumen de los obstáculos que me han hecho aprender, y de los antídotos que he utilizado.
Para empezar quiero agradecer a dos de mis compañeros de viaje durante este año: el perfeccionismo y su primo el miedo a no ser lo bastante bueno. En cada post que he escrito, en cada clase que he dado y casi en cada cosa que he hecho habéis estado ahí apretando. Gracias por vuestra fidelidad.
También quiero saludar a esa fuerza sobre humana que hace lo imposible por devolverme a la cama cuando suena el despertador, ha sido un honor pelear con tu constancia cada mañana, me estás haciendo muy fuerte.
Me tengo que acordar también de la acumulación de tareas a medias, nunca me imaginé que después de 12 horas me pudieras hacer sentir que no he hecho nada, gracias, eres más fuerte que Getting Things Done, no sé como no has vendido ni un libro.
Como no, enhorabuena al whatsapp, email, facebook y todos los ladrones de mi atención, sois buenos, cabrones. Os he hecho de todo pero os habéis reído de Toggl, Block Site, Dark Room y cualquier cosa que se haya inventado para que no os mire; os he seguido mirando, sois muy buenos.
Lo mejor de los bloqueadores de páginas es el tiempo que pierdo en desbloquearlas
​Tampoco me olvido de ti, de tu capacidad para que no haga lo que tengo que hacer y hacerme creer que mañana es mejor día para hacerlo. Gracias procrastinación. Tu asociación con los ladrones de atención es el ejemplo de trabajo en equipo, kudos.
Buenas Álvaro, qué pasa tío oye podrías echarme una mano con…
Qué tal tío necesito que me hagas un favor…
Hola, ¿qué tal por Madrid? Podrías hacerme..
¡Qué haría yo si supiera decir que no! Cada vez que alguien solicita mi preciado tiempo, la tentación de valorar más su necesidad que la mía me ha enseñado mucho, por eso tengo que darle también las gracias.
No me quiero olvidar de nadie en estas fechas tan especiales, por eso quiero brindar también por los objetivos semanales incumplidos, por las cenas sin preparar, por las ego-visitas a Google Analytics y por las ideas geniales que se me olvidaron. Sois todos los que estáis, pero no estáis todos los que sois. Gracias
Y, por encima de todo, gracias a la tentación de seguir el consejo de «déjate de chorradas y busca un trabajo de verdad». Aunque ya hace un tiempo que no te hago mucho caso, tu voz seguirá estando presente, te echaría de menos si me faltas, demasiado tiempo escuchando tu derrotismo.
Combatiendo mi estupidez
También quiero dar crédito a los que los han combatido mis taras:
El antídoto a la procrastinación, perfeccionismo o ladrones de atención lo voy a resumir en las tres frases que más me han ayudado a permanecer firme este año.
Las tengo escritas por todos lados y son parte clave en la fuerza defensora de mi proyecto:
1. Quit is not an option
La saqué de Freeletics, la rutina que uso para hacer deporte. Son entrenos duros en los que la tentación de abandonar es gigante, su argumento es simple «abandonar no es una opción«. Esa frase es capaz de engañar a mi cerebro; entiende que abandonar no está entre las posibilidades y deja de darme la lata. La uso cada mañana cuando suena el despertador, la vocecita que me pide que siga durmiendo asume que «no es una opción» y se calla.
2. Puedes tener resultados o puedes tener excusas, pero no las dos cosas
No necesita más explicación, los resultados y las excusas son incompatibles. Entenderlo me está cambiando la vida
3. Sobrevaloramos nuestra capacidad a corto plazo y la infravaloramos a largo plazo.
Cada vez que llega navidad pienso, joder, y enseguida el verano otra vez. Esto vuela.
La constancia y paciencia escasean y se premian más que nunca. Queremos resultados ya, ignorando que a poco que insistamos llegarán tan rápido como otra vez el verano.
En esa pugna entre mantenerme firme o dejarme arrastrar hacia la mediocridad voy avanzando, y aprendiendo. Esto es una carrera de fondo. He entendido que los obstáculos son imprescindibles para aprender y para cribar a los que se quedarán por el camino, por eso les doy las gracias.
Si esperabas un resumen rosa pastel sobre lo bonito de mi careto siento haberte decepcionado, pero si tú también te peleas con algunos de estos obstáculos no dudes en compartirlo en los comentarios, y a poder ser que nos echemos unas risas con casos ridículos.
Hay gente que tiene muy buenas ideas y gente que tiene muy buenas ideas de mierda.