Las 6 etapas por las que pasa mi camino de emprendimiento
Estos son las fases definidas en mi camino de emprendimiento, de huida del mundo laboral, o como lo quieras llamar.
Son las que yo he marcado, y aunque he visto que mucha gente ha seguido un camino similar, lo que vas a leer ahora es una percepción personal. No obstante pueden ser útiles para definir las tuyas propias.
¿Por qué para mí es importante tener estas etapas definidas?
Por si no lo sabes yo soy un eneatipo 1 de libro, moral, perfeccionista, racional, metódico y exigente juez de mí mismo. Soy bastante jefe tóxico conmigo mismo. Si leyendo te identificas con mis palabras es muy probable que tú también lo seas.
Esa rigidez auto impuesta me limita a la hora de atreverme. Por eso me resulta imprescindible definir un camino, una estrategia. Espero que compartiendo esto te ayude a ti también.
Fase 1: trabajando por cuenta ajena ahogado en mediocridad
Es el inicio en la mayoría de los casos.
Mientras tu mente es más moldeable, la sociedad, con el sistema educativo a la cabeza, te cuela unas creencias sobre la vida y el trabajo que te ponen en un trabajo por inercia.
Las consecuencias las hemos hablado miles de veces, insatisfacción y sensación de estar tirando el tiempo por el váter.
Para mí este sería el peor escenario:
- Un trabajo que no me gusta.
- Aceptar 22 días de vacaciones sobre 365 (Eso es el 6% de tu vida)
- Sin un plan de salida.
A esto añádele atascos, hipotecas y otros síntomas de mediocridad. Si estás aquí, pasar a la siguiente etapa es sencillo, hazlo cuanto antes.
Fase de emprendimiento 2: Por cuenta ajena con una estrategia.
La misma situación anterior, pero duele menos. ¿Por qué? Porque ya sabes que no vas a estar ahí para siempre, tienes un plan.
Nada ha cambiado, yo he cambiado, todo ha cambiado.
En esta fase la gente empieza a compaginar cuenta ajena con un proyecto propio.
Es de largo la fase más complicada. Un side-project tiene muchos rivales que combatir:
- Sensación de deberes hechos: es lo que a mí siempre me impidió estudiar y trabajar a la vez: cuando acaba tu jornada laboral el cuerpo te «regala» lo que yo llamo la sensación de los deberes hechos. Sientes que has cumplido tu tarea y es muy duro sentarte a currar tu proyecto.
- Depósito de energía en reserva: Hoy el mundo laboral exige el 180% de tu energía, cuando llegas a casa el cuerpo no da para más.
- Renunciar a vida social: Currar 40 horas, más desplazamiento, descansar, familia… muchos ineludibles que dejan poquísimo tiempo para el proyecto. Toca renunciar a salir, a viajar, ¿se nos ha olvidado el quién algo quiere algo le cuesta? Rodéate de gente comprensiva o se te hará demasiado cuesta arriba.
Si tienes un currito de 8 a 3 sin demasiada exigencia quizás es más fácil, pero si estás metido en el feroz y competido mundo de la empresa privada, de eso ya no queda. Ahí toca dar todo lo que tienes y mucho más. Vas en deuda de energía como para ponerte a montar un business.
Soluciones
Así es como lo hice y hago yo, hay mucha gente que se tira a la piscina y le sale bien; si eres un 1 con un lastre como el que yo llevaba, toma nota.
Asumí que no tenía la fuerza de voluntad para sacar mi plan adelante con un curro por cuenta ajena. La verdad que tampoco fue decisión mía, fue casi obligatorio.
Justo en el momento que me «tocaba» incorporarme al mundo laboral llegó la bendita crisis. Nunca he tenido ese trabajo para toda la vida que se esperaba que tuviera y di saltos de un lado para otro ¡Gracias hipotecas subprime!
Mi estrategia fue encontrar fuentes de ingresos en las que yo pudiera decidir el tiempo que trabajaba. Y así tener tiempo para seguir mi maquiavélico plan.
Yo aproveché lo mejor que sabía hacer y ya había estado haciendo. En mi caso fue dar clases y ofrecer servicios de todo aquello que yo pudiera, supiera y alguien necesitara. En mi caso pádel, alemán, WordPress, Photoshop…
Asumir que no vas a tener ese trabajo que has perseguido, romper con todo lo que has sido suele ser jodido. No en mi caso.
Creo que nunca me llegué a creer que la universidad y toda esa mierda valían para algo y al final solo había estado saltando de un curro a otro y compaginándolos con estos «minijobs». Tratando de eludir lo ineludible.
3. La trampa del emprendedor (por cuenta propia en proyectos para otros)
La siguiente parada en este viaje llega cuando el proyecto paralelo empieza a ser el principal. Te pones de autónomo, te lo empiezas a creer y la cosa empieza a fluir.
Mi consejo aquí, y es lo que yo he hecho, es ir manteniendo las otras fuentes de ingresos. Es probable que se alargue el proceso, pero si vienes de muy abajo, con mucha creencias que romper, es el mejor camino.
Cuando logras generar ingresos, desde casa y en pijama, parece que la cosa pinta bien. Pero ojo con quedarse ahí.
Alguien me dijo hace poco: «No existe diferencia entre estar 10 horas en tu casa delante del ordenador y 10 horas sentado conduciendo un taxi».
Todo es vender tu tiempo.
Si escribo 2000 palabras o hago una web para un cliente solo lo cobro una vez, no es escalable. Tengo que volver a hacerlo para volver a facturar, y así, siempre viviendo en el corto plazo.
Es la trampa del autónomo emprendedor. Tiene lo peor de la cuenta ajena pero no tiene la posibilidad de irte a tu casa y desentenderte.
¿Cómo lo soluciono?
Si vives el día a día en proyecto a corto plazo estás condenado. Mi solución para eso, por si te sirve, es sencilla: tengo limitadas las horas máximas que me permito dedicar a proyectos para otros.
Podría dedicar el día entero a escribir, hacer webs o SEO para otros y ganaría más pasta. ¿Sería una decisión acertada? No lo creo.
Todas las tardes de la semana las dedico a inversión a largo plazo. Formación, probar ideas, networking… la estrategia de hacer para que pasen cosas.
Si has leído el artículo de gestión del tiempo, estar aquí sería el cuadrante II y nos lleva a la siguiente fase.
Cuarta fase del emprendimiento: cuenta propia con proyectos propios
En esta fase ya no ofreces servicios. Puedes dedicarte a negocios propios pero estos aún requieren al 100% de tu presencia. La diferencia con la etapa anterior es la escalabilidad.
Aquí no vendes tu tiempo una vez, aquí haces una inversión gigante en tiempo al principio para recibir réditos muchas veces.
Esta es la fase de trabajar 7 días y descansar 0 para, en el futuro, trabajar 0 y descansar 7.
Fase 5. Proyectos propios que correr casi solos
Sin bloquear tiempo para proyectos a largo plazo de la fase 3, y el esfuerzo en tiempo de la fase 4, no se puede llegar aquí.
En este este momento estarás gestionando negocios propios, online o físicos, que no se resienten por tu ausencia.
Yo los llamo «liberadores de tiempo», aunque podría llamarlos tiempo de vida. Aunque aún no he llegado definitivamente aquí, pero estoy haciendo mis pinitos y a ratos me acerco a la sensación.
Lo positivo de esto es que te regala tiempo, son ingresos en los que no tengo que estar encima siempre.
Lo negativo, o lo que me impulsa a seguir avanzando, es que no voy a dedicarme a vender cachibaches en Amazon toda la vida. Está muy bien pero no me voy a quedar ahí.
6. Proyectos propios que funcionan solos y están alineados con mis valores
Hay más etapas por el medio y más allá, pero de momento aspiro a estar aquí. En este lugar hay tiempo y dinero, y no solo eso, sino que esas fuentes de ingresos son triple win:
- Gano yo.
- Gana el cliente.
- Gana el mundo.
Deben ser negocios con impacto, alineados con mis ideas y mis inquietudes, con mi forma de ver y estar en el mundo.
A día de hoy todavía no sé cuáles son los business que me va a poner aquí, ni lo que tardaré, pero no llegar no es una opción.
Conclusiones
- Averigua que eneatipo eres, es flipante lo que ayuda.
- Si quieres montar un negocio y no tienes un plan para llegar a la fase 6, empieza a escribirlo ahora.
- La genialidad sin esfuerzo es estupidez.
- Si sientes que tienes que hacer algo, hazlo. No eludas lo ineludible.
- Este camino es más jodido que calentar la silla 8 horas en una oficina, pero si lo persigues, te irás a la cama satisfecho.
- Si lo das todo, sale bien.
- No te creas nada de lo que has leído.
¿Algo que aportar? ¿Funciona para ti este camino?
Un amigo me dijo el otro día: Todo se resumen a una pregunta, ¿quieres vivir bien o quieres vivir mal?
Desde entonces le llevo dando vueltas. ¿Tú cómo quieres vivir?
Hay gente que tiene muy buenas ideas y gente que tiene muy buenas ideas de mierda.