Pisos paco y la evolución de la decoración en España
Si eres de España, esto te va a gustar. Si no, Welcome to spain.
Por aquí, durante varias décadas, los pisos donde vivíamos eran así:
(Atención, porque se puede hasta oler)
Y podría poner doce millones de fotos más.
Es el clásico piso paco, con su mueble de salón, su hueco para la tele, vitrinas y la foto de bodas. Puro 1980.
[Créeme que no hay nada más ejpañol que ese mueble. NADA]
Ese estilo paco –para desgracia de El corte Inglés– empezó a morir con el cambio de siglo, y lo remató Ikea.
Porque coincidiendo con la expansión del contrachapado sueco, y con los millenials empezando a tener dinero propio, dimos el salto a un nuevo estilo.
Fue la época de la burbuja, la de construimos más pisos que Alemania, Inglaterra y Francia juntos. Y claro, ahí, en la champions league de la economía, nuestro gusto cambió.
Si el emblema paco era el mueble del salón, el del piso burbujero era un cuadro enorme y baratísimo de alguna ciudad que podía ser Londres, París, o algún puente de Nueva York.
Paco y Charo llenaban la casa de tazas, jarrones y caoba. Paula y Alejandro de melamina y carteles HOME SWEET HOME.
Qué tiempos...
Por suerte (o por desgracia) evolucionamos y nos empezamos a dar cuenta que algunas cosas no tenían mucho sentido.
Y llegamos a esta época.
Ahora, si buscas un piso para alquilar, y está recién reformado, te vas a encontrar una tendencia muy clara, y no por la tendencia.
Verás pisos con mucha luz, muy blanca, que te tritura los ritmos circadianos, pero da igual.
En los pisos burbujeros todavía te podías permitir una pared violeta, un vinilo o una imitación de Andy Warhol, pero aquí todo lo que no sea #FFFFFF es rechazado.
Son pisos donde la calidez está sobrevalorada, pensados para estar poco, adaptados a estos tiempos de perrhijos. Sin lámparas, porque pillan polvo, y limpiar no es woke.
Yo los llamo pisos nada, porque lo ideal es que parezca que no tienen nada. Ni gente.
Paco te invitaba a casa y estaba todo por el medio, ahora viene alguien a tu casa y recoges como un campeón, porque ahora lo que mola es que no parezca que viven personas.
Esta tendencia la detecté hace unos meses, antes de mudarnos, porque huyendo de los pisos paco (que son mayoría) todo lo que me encontraba era como esto:
Que es perfecto, hasta que entras.
Y con hijos ni te cuento.
Ojo, esto no es una crítica. Me crié en un piso paco, luego me hice mayor y alquilé un piso que amueblé de Ikea (cuadro de Londres incluido) y ahora he comprado un piso del 85 y le he metido overbooking de halógenos y de nada para alquilarlo a una veinteañera. Soy culpable.
Si te lo cuento es porque me flipa lo que hay detrás de estas tendencias, cómo reflejan los tiempos.
Los pisos paco, con sus muebles a medida, sus jarrones y sus lámparas eran quiero y puedo.
El paco al que le compré un piso me dijo:
“Tú no sabes el dinero que hay aquí en muebles, todo de El Corte Inglés”.
Y seguro que es verdad, Francisco, pero ahora no los quiere ni Centro reto.
Luego, con el auge de la inmediatez y la caída del poder adquisitivo, los pisos burbujeros eran quiero y no puedo.
Quiero vivir bonito, pero si el que me vende los muebles lleva traje no lo puedo pagar.
Y ahora, que para poder pagar el piso tienen que trabajar los dos, todo el día, y renunciar a tener hijos, el estilo es quiero y no puedo, pero que parezca que no quiero.
Minimalismo de extrarradio. Postureo Sklum. Estilo vacío, como su vida, pero que parezca que me gusta.
El paco medio se compraba un cuadro bueno si podía pagarlo, el burbujero se compraba uno de la torre Eiffel que daba el pego. Ahora no da ni para eso.
Empezamos acumulando y terminamos disimulando.
La vida hecha estilo.
Qué maravilla, Paco, qué maravilla.
Insisto, no es una crítica, es una reflexión barata de domingo. Y la reflexión es sobre la importancia de reflexionar para entender los comportamientos de la gente, incluyéndonos a ti a y mí.
¿Por qué compramos lo que compramos?
¿Por qué hacemos lo que hacemos?
Nada es casualidad.
El siguiente bloque de la suscripción se titula Ego, e irá sobre los motivos más profundos de nuestras decisiones. Las decisiones de Paco, las de Paula y Alejandro y las que tomarán Enzo, Martina y su perro.
El ego siempre va al mando, y me fascina investigarlo.
No te voy a contar los increíbles beneficios de hacerlo, porque es domingo y quizás le hayas dado uso a la mesa del comedor, pero te animo a suscribirte para leerlo.
Quizás merezca la pena.
Un saludo
Álvaro.
P.D. Te animo a responder con el estilo de casa en el que vives: paco, burbujero o nada.
Y si hay otro, también me fascinará.
Acepto fotos.
Hay gente que tiene muy buenas ideas y gente que tiene muy buenas ideas de mierda.