Las ideas de los buenos negocios, y de todo, ¿de dónde salen?
El 4 de octubre de 1957, en plena Guerra Fría, Rusia lanzó el Sputnik, el primer satélite capaz de orbitar sobre la tierra.
El mundo estaba flipando, y sus rivales yankis en la carrera espacial, más.
Tú también vas a flipar.
A los pocos días del lanzamiento, dos empleados del laboratorio de física aplicada de los Estados Unidos, en una conversación informal en la cafetería, tuvieron una idea.
Mientras tomaban café con donuts de colores pensaron que el Sputnik tenía que estar enviando algún tipo de señal a la estación rusa y que, por curiosidad, estaría bien escucharla.
Como eran físicos, yankis, y cotillas, en pocas horas habían sintonizado los pitidos que emitía el satélite ruso.
Al principio les pareció gracioso, pero enseguida se dieron cuenta de que había ciertos patrones en los pitidos.
Alguien sugirió que esos patrones podían coincidir con la cercanía del Sputnik a la antena, y ellos, que además de físicos, yankis y cotillas eran bastante espabilados hicieron cálculos.
En pocos días fueron capaces de ubicar la posición exacta del satélite ruso gracias a la señal que emitía.
Su jefe, que también era bastante espabilado, y yanki, viendo lo que habían conseguido estos dos pollos, tuvo otra idea.
Si con la señal que emite algo en el espacio se puede ubicar desde la tierra, también debería funcionar al revés, ¿no? Si algo emite una señal desde la tierra, lo podremos ubicar desde el espacio.
—¿Qué tal si mandamos unos satélites e intentamos ubicar los submarinos rusos, que tanto dan por culo?
Así nació el GPS.
Ahora, navegas feliz con Google Maps, sin tener que girar el mapa de carreteras, gracias a la sucesión de ideas que arrancó comiendo donuts de colores.
Porque las ideas nacen así.
El GPS no nació porque un tío sentado en su sillón de pensar dio con la idea de mandar un satélite al espacio a escuchar señales emitidas desde la tierra.
Las ideas nacen por la exposición de unas ideas a otras. Las ideas no nacen aisladas.
El gran mito de la creatividad es pensar que necesitamos iluminarnos en un momento eureka.
No va así.
La creatividad nace de exponerte a ideas de otros para que copulen con las tuyas.
De sus relaciones nacen nuevas ideas tan grandes como la del GPS. De otra forma es imposible.
Si te sientas con una hoja en blanco a esperar el milagro terminarás abandonando, como el resto, porque la magia solo sucede por exposición y asociación.
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No te cambiará la vida, pero lo intentará.